Viernes y Sábado de 9 AM. a 18 PM.
Autor: Museo de Arte Sacro
Fecha: 14 de octubre de 2020
LAS OBRAS MÁS CURIOSAS DEL MUSEO DE ARTE SACRO.
SANTA LIBRADA CRUCIFICADA. Análisis de sus fuentes iconográficas e interpretación de sus posibles significados.
El Museo de Arte Sacro es un museo iconográfico y su Colección está ordenada en forma temática. Entre sus 97 obras hispano-guaraníes algunas destacan especialmente por su complejidad iconográfica como es el caso de esta SANTA LIBRADA CRUCIFICADA, un anónimo hispano-guaraní del Siglo XVIII.
Según la tradición, Librada fue hija del regidor romano de Galicia, España. Nacidas en un sospechoso parto múltiple, Librada y sus ocho hermanas fueron abandonadas a su suerte. Aunque las niñas sobrevivieron hasta hacerse mayores, todas fueron finalmente condenadas a muerte bajo la persecución de cristianos emprendida… por su propio padre.
Igual que estas mártires cristianas miles de mujeres fueron crucificadas bajo el Imperio Romano. La crucifixión se identificó con el supremo sacrificio y que también estaba al alcance de las mujeres.
La iconografía tan similar de estas santas crucificadas produjo una de las confusiones más extrañas en la historia del arte. En el Siglo XVI, Jerónimo Román de la Higuera equiparó a Santa Librada con Santa Wilgefortis, una santa legendaria, barbuda y crucificada que surgió de una mala interpretación de “El Rostro Santo” de Lucca.
El Rostro Santo es un crucifijo que fue tallado por Nicodemo, discípulo de Jesús según la tradición que se conserva en la ciudad italiana de Lucca. La imagen de este Cristo Crucificado vestido con túnica fue común en el Oriente, pero resultaba confuso e irreconocible para la Europa occidental. Tantas confusiones llevaron a que la Iglesia eliminara del santoral tanto a Santa Wilgefortis como a Santa Librada.
Pero el culto a Santa Librada no estuvo, ni está hoy prohibido y se extendió hasta el Paraguay en los confines del Imperio Español. Invocada en los partos difíciles y frente a los maridos violentos, Santa Librada fue una figura de inclusión de la mujer en la Fe cristiana. Habiendo compartido el máximo sacrificio de Cristo… le toca también la gloria de la Resurrección.Y su propio nombre se lo asegura.