Viernes y Sábado de 9 AM. a 18 PM.
Autor: Museo de Arte Sacro
Fecha: 5 de octubre de 2020
LAS OBRAS MAS CURIOSAS DEL Museo de Arte Sacro Asunción, Paraguay
SAN VICENTE FERRER ANGÉLICO. Análisis de sus fuentes iconográficas e interpretación de sus posibles significados.
El Museo de Arte Sacro es un museo iconográfico y su Colección está ordenada en forma temática. Entre sus 97 obras hispano-guaraníes algunas destacan especialmente por su complejidad iconográfica como es el caso de este SAN VICENTE FERRER ANGÉLICO, un anónimo hispano-guaraní del Siglo XVIII.
Es la tradicional representación del santo dominico Vicente Ferrer nacido en Valencia en el año 1350. Fue doctor en Teología y un predicador extraordinario, sus sermones multitudinarios lograban conversiones masivas. Aún hoy los niños españoles representan sus milagros por las calles de su Valencia natal.
Ser el santo patrono de los valencianos lo hizo muy popular entre los grabados religiosos que circulaban por la América colonial. Estos sencillos impresos en papel dieron lugar a innumerables obras de arte. El mismo Museo atesora otra versión más aniñada y con su iconografía completa.
En nuestra obra, Vicente ha perdido su famoso dedo índice, con el que obraba milagros con sólo apuntarlo hacia el Cielo. Pero conserva, sin embargo, una espectacular aureola y un par de enormes alas multicolores.
En la iconografía cristiana no sólo los ángeles llevan alas sino que son un atributo simbólico de varias figuras sacras. Arcángeles, serafines, querubines y otros seres espirituales son descriptos hasta con varios pares de alas; a la Mujer descripta en el Apocalipsis, e identificada con María, le salen dos alas con las que salva al Niño; la tradición oriental representa alado a San Juan Bautista por ser el último mensajero de la llegada de Cristo y llevan también alas simbólicas algunos Doctores de la Iglesia, como Santo Tomás de Aquino cuya iconografía es muy parecida.
Las alas y la trompeta de San Vicente Ferrer son una referencia a su apodo de El Ángel del Apocalipsis; por su contínuo llamado a la conversión en los tiempos de crisis, conflictos religiosos, desunión y violencia, que le tocó vivir. Las trompetas del Apocalipsis siempre suenan en cada generación, escucharlas y darles un significado… depende de nosotros.