LAS OBRAS MÁS CURIOSAS DEL Museo de Arte Sacro Asunción, Paraguay
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FLAGELADO SIMÉTRICO. Análisis de sus fuentes iconográficas e interpretación de sus posibles significados.
El Museo de Arte Sacro es un museo iconográfico y su Colección está ordenada en forma temática. Entre sus 97 obras hispano-guaraníes algunas destacan especialmente por su complejidad iconográfica como es el caso de este Flagelado simétrico, un anónimo hispano-guaraní del Siglo XVIII.
Es la representación tradicional de Jesús atado a una columna, recibiendo los azotes ordenados por Poncio Pilatos. Un episodio que forma parte del Ciclo de la Pasión de Cristo y que es anterior al Vía crucis que luego terminará con su Crucifixión.
La Flagelación fue representada en el arte cristiano desde la Edad Media y mucho más tarde, el naturalismo del Barroco logró capturar la plenitud de su dolor y violencia. Innumerables versiones del “Cristo atado a la columna” circularon en Paraguay por medio de sencillos grabados impresos. El más popular de estos impresos fue el que reproducía la escultura creada por el artista español Gregorio Fernández en 1616.
Según la tradición, la verdadera columna de la Flagelación se conserva desde 1223 en la Iglesia romana de Santa Práxedes. Esta columna pequeña, baja y con forma de balaustre sirvió de base para todas las posteriores representaciones del tema.
La figura de Cristo llama la atención por su penetrante mirada que genera una empatía muy apreciada por los guaraníes. Sus desproporciones son el recurso expresivo de un arte mestizo siempre indiferente a cuestiones académicas. Pero lo más curioso de todo, es el ordenamiento simétrico que el artista le ha dado a las heridas de Cristo. Esa idea de orden como inherente a la perfección divina está presente hasta en las más académicas obras hispano-guaraníes.
Más que la representación naturalista de los latigazos parecen indicadores de su identidad divina y de su misión salvífica. Adquiriendo entonces la misma función simbólica y social que las pinturas corporales guaraníes.
Interpretando estas pinturas podemos identificar el rol de cada guaraní dentro de su sociedad. Sus significados de orden cósmico niegan la materialidad del cuerpo y son también rituales de contacto con el mundo espiritual.
Podemos teorizar que el guaraní reinterpretó el sacrificio de Cristo desde su propia lógica cultural, pero su comprobación quedará para siempre en el misterio.