Entrada en Jerusalén, de Giotto di Bondone.

El Domingo de Ramos, el Mesías, a lomos de un borrico y escoltado por sus discípulos, es recibido por los judíos con esperanza y alegría a su llegada a Jerusalén. En la obra de Giotto, todas las miradas se centran en Jesús, en una escena en la que contrasta la tranquila y segura figura del Salvador, que bendice a su pueblo, con las reacciones de algunos habitantes; como los que se desvisten y ofrecen su túnica como alfombra para su entrada en la ciudad, o los que se encaraman en los árboles para presenciar mejor el acontecimiento.